Austeridad fiscal en 2016

El Presupuesto de la Nación para 2016 refleja con toda nitidez la magnitud del impacto fiscal de la caída del precio del petróleo. La gran afectada es la inversión pública y, con ella, el progreso del país.

El Gobierno presentó el Proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación para 2016. El monto total de dicho Presupuesto es de 215,6 billones de pesos. La mayor porción corresponde a las transferencias (91 billones), le siguen el servicio de la deuda (48,6 billones) y la inversión (40,6 billones) y, por último, están los gastos de funcionamiento con 33,6 billones de pesos.

Al compararse con el Presupuesto del presente año, se tiene que el rubro con el mayor crecimiento es el de transferencias (8,5 por ciento). Estos recursos corresponden a los giros que se destinan para el pago de las pensiones y el Sistema General de Participaciones. Estas partidas constituyen una de las mayores rigideces que tienen las finanzas de la Nación.

Los gastos de personal y generales aumentan en 4,3 por ciento debido a los aumentos en los sueldos y los salarios del sector justicia (10,7 por ciento) y en defensa y seguridad (5,4 por ciento). Para el nivel central (150 entidades) se registra una reducción del 3,5 por ciento. Según el Gobierno, este es su aporte a la obligada austeridad.

El servicio de la deuda tiene un incremento del 3,1 por ciento, que se explica por el fuerte aumento en el pago de intereses (17,6 por ciento). Las amortizaciones disminuyen un 6,5 por ciento.

Finalmente, la inversión, haciéndole honor a los tradicionales ajustes económicos de otros tiempos, sufre un recorte de 4,9 billones de pesos, equivalente a una reducción del 10,7 por ciento. De esta forma, la inversión pública se convierte en la Cenicienta del Presupuesto de 2016.

Como lo habían señalado diversos especialistas, el golpe fiscal más fuerte derivado de la caída del precio del petróleo se va a sentir el próximo año. En virtud de ello, el Ministerio de Hacienda estima que los ingresos petroleros del Gobierno Central serán de solo 3,3 billones de pesos.

Para dimensionar la magnitud de la caída vale la pena recordar que en 2013 se tuvieron los mayores ingresos, 23,6 billones de pesos. Luego estos disminuyeron a 19,7 billones en 2014 y a 9,6 billones en 2015.

Estas cifras ilustran de manera adecuada el tamaño del ajuste fiscal que el país ha debido soportar a raíz de la crisis de precios de las materias primas y las dificultades que ello representa para el financiamiento del aparato estatal y, en especial, para los planes de inversión pública plasmados en el recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.

Frente a la nueva realidad fiscal y como forma de adecuar las necesidades de inversión de los diversos sectores, el Gobierno ha decidido, como parte de su estrategia fiscal denominada Austeridad Inteligente, “priorizar los sectores sociales y empoderar a los sectores productivos para lograr una transición exitosa hacia una economía con menores precios del petróleo”.

De esta forma, los sectores más beneficiados con los recursos de inversión son educación, defensa, trabajo y salud. Entre los que verán reducidos sus presupuestos están agricultura y desarrollo rural, minas y energía, y transporte.

El Presupuesto de la Nación para el año 2016 es una expresión de la complejidad del momento económico que vive Colombia y evidencia la falta de previsión del Gobierno, el cual, en ciertos momentos, ha privilegiado sus intereses políticos a la urgencia de adoptar correctivos en materia económica. Ahora todos los colombianos tendremos que salir a pagar por ello.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar