Florencia y el Caquetá se mantienen erguidos, contemplando la cordillera oriental que nos alimenta con su aire puro dándole una lección a los mandatarios elegidos el 25 de octubre señalándoles el camino de la moralidad y sabios principios.

En nuestro departamento existen hombres y mujeres con el sello de la probidad y decoro, que deben hacer parte de la administración, aunque también pululan irresponsables e hipócritas.

Hemos vivido situaciones detestables,un gran contraste por la maldad y las actitudes negativas que han dejado en evidencia que cualquier acto sincero o actitud positiva va a brillar y ser más beneficioso que nunca. Pero esto no ocurre en un dos por tres, sobre todo cuando nos hemos acostumbrado a participar en medio de tanta distorsión y desconocimiento de la moral, la ética y preceptos sustantivos y sociales.

El Caquetá espera ser gobernado con honestidad, que es ejercer la autoridad con el ejemplo, pues no son únicamente los títulos y apellidos los que ofrecen honor a las personas, ya que el honor es virtud de los recién electos que deben demostrarle a Florencia y al Caquetá con sus actos, que tienen todo el deseo de satisfacer la necesidades del pueblo.

Precisamente es importante, que todo caqueteño sepa la importancia de la transparencia en la administración, ya que los responsables han sido ciegos en el cumplimiento de sus deberes preocupándose únicamente de sus cuentas bancarias. Porque transparencia es permitir que se vea luz a través de cualquier cosa, es perfecta accesibilidad de la información en áreas que competen a la opinión pública, es manifestar pensamientos e intenciones claras, es no utilizar subterfugios para encubrir la verdad, ya que en Florencia y el Caquetá, nuestro regular alimento, el soborno y la palada se convirtieron en algo rutinario en esta administración, fue nuestro pan de cada día. Nuestros “distinguidos y respetados gobernantes, alcaldesa y gobernador”, se encargaron de enriquecerse a costillas del erario, pero siempre presentando razones espurias con un léxico bonito, embaucador, pero sobre todo, mentiroso, por eso es que decimos quehemos carecido de personas honestas en estas últimas administraciones.

Es necesario recordar estas verdades por la lucha de la transparencia en contra de la corrupción; así erradicaremos la pobreza, utilizando bien los recursos y los mandatarios tendrán credibilidad y el Caquetá ocupará un lugar de privilegio en el panorama nacional.