Cese al fuego, construcción gobierno de transición hacia la toma narcoterrorista del poder.

Pueden decirme lo que quieran, paramilitar o lo que quieran, y en esta lucha contra el terrorismo, solo terminará esta lucha, cuando se den una de dos condiciones: Cuando hayamos derrotado al terrorismo o cuando el creador ponga fin a mi existencia.   Álvaro Uribe Vélez.

Enfocaremos el cese al fuego desde la perspectiva de la estrategia y la táctica narcoterrorista, con la siguiente ecuación: PODER POLÍTICO DEL ESTADO = LUCHA POLÍTICA + LUCHA ARMADA.

El mal llamado “proceso de paz” tiene un sentido táctico en el marco estratégico de toma narcoterrorista del poder; o en otras palabras el objetivo estratégico rebasa la actual coyuntura pacifista. El cese al fuego es el núcleo esencial de dicha táctica. Los supuestos acuerdos, vendidos como avances ante la opinión política pública son en realidad accesorios. Preparatorios para la aplicación del cese al fuego. Escenario consecuente con reconocimiento de estatus político al narcoterrorismo.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos demuestra con hechos y discurso político estar dispuesto hacer todas las concesiones, que permita la opinión política pública, al narcoterrorismo. Desea pagar el precio de la “paz” pedido por las farc.

El gobierno nacionalno ha explicado en que consiste el cese al fuego, solo da a entender que allanaría el camino hacia la “paz”.

Describiremos, sucintamente, la fórmula del cese al fuego. En libro publicado en febrero de 1985, por editorial oveja negra, escrito por el narcoterrorista Jacobo Arenas, titulado: CESE EL FUEGO, Una Historia Política De Las Farc. Se lee la propuesta titulada:“fórmula de cese al fuego, tregua y paz”, conformada por 10 puntos. Enviada el 5 de julio de 1983 al gobierno de Belisario Betancur, también en jornada pacifista. Extrayendo, no textualmente:

1.- El cese al fuego se simultáneo de parte y parte.

2.- Para verificar si en realidad el cese al fuego se cumple por las partes en conflicto se nombrarían por parte del gobierno, la comisión de paz y las guerrillas, comisiones de verificación. Una comisión de carácter nacional y otras de carácter regional.

3.- Las comisiones necesitan 3 meses para instalarse en sus lugares de verificación de cese al fuego. Estos tres meses se cuentan a partir del 20 de julio de 1983. El día 20 de octubre de 1983 comienza el cese al fuego. El señor presidente promulgaría la orden al Ejército, acto seguido el Estado Mayor de las FARC. Para verificarlo las comisiones necesitan de otros tres meses, es decir, hasta 20 de enero de 1984. Si en realidad el cese al fuego ha sido rigurosamente observado por las partes en conflicto, ese día 20 de enero de 1984 sería la fecha del comienzo de la tregua, es que cuando se firme la tregua comienza el retorno de las tropas oficiales destacadas a orden público a sus cuarteles, y, las guerrillas comienzan en sus áreas, a convertirse en movimientos agrarios y de autodefensa. La verdadera paz comenzaría a restablecerse. El 20 de julio de 1985 se firmaría entre el Gobierno y la guerrilla un tratado de paz duradera.

El punto 7 de la referida propuesta es un sapo peludo: Amnistía e indultos por crímenes cometidos por narcoterroristas aplicando la ley 35 de 1982, vigente en el momento.

El punto 8, cinismo narcoterrorista al declararse victimas del Estado y proponer la creación de una comisión encargada de la verdad. Luego el parlamento promulgará una ley de indemnización para las víctimas de la violencia.

El 28 de marzo de 1984, se firma entre la comisión de paz y los narcoterroristas el llamado Acuerdo De La Uribe de ingrata recordación y consecuencias históricas. Acuerdo con modificaciones cosméticas y contenido idéntico a la propuesta enviada al gobierno el 5 de julio de 1983. La forma de este acuerdo era más asimilable por la opinión política pública dejando en secreto la verdadera formula del cese al fuego. El cese al fuego es declarado primero por narcoterroristas y luego por el gobierno nacional.

Volvamos con la propuesta narcoterrorista, ya que lo que nos interesa es captar conceptualmente la táctica del cese al fuego. Según la propuesta de las farc, desde el 20 de julio de 1983, inicio del cese al fuego, hasta el 20 de julio de 1985, firma del tratado de “paz duradero”; han transcurrido dos años, durante los cuales deberá desarrollarse mediante leyes en el Congreso de la República un programa populista, contrario a la economía de mercado y de transformación de las estructuras socioeconómicas esbozadas en los puntos 4 y 5.

En dicha propuesta la fórmula de cese al fuego consta de cinco fases: 1) la instalación de comisiones de verificación; 2) cese al fuego; 3) la tregua; 4) la firma del tratado de paz y 5) la paz. Más claro no canta un gallo: sin cese al fuego, no hay tregua, y sin tregua no hay tratado de paz. Lo interesante es que el “tratado de paz” no es la “paz”. La “paz” llegara, paulatinamente, después de desarrollados e implementados los acuerdos contenidos en el “tratado de paz” por parte del Estado y la sociedad. No hay desmovilización y entrega de armas, la garantía de la “paz” es el fusil en la mano. Lo concreto, cierto y verdadero será la existencia de una paz armada (cuando las farc decidan reanudarán la lucha armada) y la construcción gradual de un gobierno de transición hacia la toma narcoterrorista del poder, enemigo de la Democracia Liberal y auspiciador de impunidad.

Hasta aquí despejamos cierta confusión, no es lo mismo cese al fuego y tregua, “tratado de paz” y “paz”, en consecuencia es una gran falsía que la “paz” está cerca. Lo que está cerca son las elecciones regionales.

Ahora podemos comprender que no hay cabida para el “desescalamiento del conflicto” y el “cese al fuego bilateral y definitivo”. Son conceptos de laboratorio diseñados por especialistas para oscurecer el análisis político, manipular la opinión política pública para que acepte el “falso proceso de paz” y hacerle creer que la “paz” está de un cacho. Además, la estructura organizativa, el posicionamiento geográfico y la acción narcoterrorista tienen un carácter intensamente irregular, lo que hace oscuro el concepto de “desescalamiento del conflicto”. Y sin caer en el juego de palabras es evidente que el cese al fuego, no es definitivo.

La aplicación del cese al fuego es la intensificación de la lucha política por ganar legitimidad frente al Estado, sosteniendo la política de la combinación de todas las formas de lucha de masas. Por lo tanto, no es cierta la alternativa entre la paz o la guerra. Hay unidad en la lucha política y la lucha armada hacia la toma narcoterrorista del poder.

Twitter: @HeinzSolorzano

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar