El mundo observa con preocupación el triunfo de las Farc y el desmoronamiento del estado de derecho en Colombia, existe malestar frente a las políticas que aplica Juan Manuel Santos y que traen problemas al presente y futuro de la Nación, permitir que unos delincuentes tengan privilegios frente a ciudadanos de bien que no tienen acceso a un mejor nivel de vida, es un grave error, porque no está solucionando los grabes problemas de los Colombianos, por el contrario con su política de impunidad germinará nueva violencia.

En Colombia no pueden seguir permitiendo el abuso del gobierno para con las Fuerzas Armadas, el presidente en lugar de compensarlas por su valiente gestión las irrespeta igualándolas con los irregulares, el gobierno no combate el narco-terrorismo y acepta el asesinato de soldados y policías, como un costo normal por las negociaciones de paz, mientras el discurso de los parlamentarios del gobierno sigue estando de espaldas a las angustias de los Colombianos, en quienes día a día crese su pobreza.

La aprobación a la gestión del presidente registra un enorme descenso por su fracaso a todos los niveles, el abandono a los sectores productivos como el agro y la industria, la falta de apoyo a los pequeños productores del campo, el derogar los incentivos a la inversión, la falta de seriedad y coherencia con los comerciantes de la frontera, el golpe al consumo en los hogares y el enorme desempleo son la mayor prueba del monumental fracaso.

El mal manejo de la economía, la inseguridad, la falta de inversión, la parálisis en las obras, y el derroche del gasto público están a la vista, el fracaso en las políticas sociales es notorio, solo aumenta la publicidad y la burocracia, pero los resultados son negativos, los terroristas ahora son personajes de la política, pasaron de ser delincuentes, a líderes amigos del gobierno, sus credenciales como asesinos, extorsionistas y jefes del mayor cartel de la cocaína en el mundo, los acreditan ahora para ocupar cargos de representación.

Colombia tiene que recuperar la moral de sus soldados y policías, reivindicar a sus trabajadores del campo y la ciudad, proteger a los inversionistas, restablecer la seguridad democrática, rescatar el poder legislativo y la justicia no puede seguir estando al servicio de un partido o del gobierno, se requieren proyectos de inversión para el trabajo y un estado austero, transparente, verdaderamente democrático y descentralizado, solo así se podrá restablecer la fe ciudadana en los valores democráticos, como fuente inagotable de recursos para el desarrollo y la verdadera paz.