Con represión y sin producción la zona especial de fronteras será un fracaso

Según gaceta oficial número 40.554 con fecha 3 de Diciembre de 2.014 el presidente de la República de Venezuela Nicolás Maduro dicta el decreto 1.496 mediante el cual se crea la zona económica especial fronteriza Ureña – San Antonio, apalancada sobre los centros poblados de San Juan de Ureña y San Antonio del Táchira, con una superficie de doscientos setenta y nueve con cuarenta y nueve kilómetros cuadrados (279,49 Km2).
Todo suena muy bien para quien desconoce cómo se encuentra nuestra frontera ahora administrada por el régimen socialista, con un modelo económico fracasado, sin políticas de aliento para los habitantes del sector, con la inseguridad, el desempleo, el desabastecimiento y la represión más grande de toda la región, en esta zona nuestros viejitos no consiguen sus medicinas y si lo hacen se debaten entre comer o comprarlas para cumplir sus tratamientos.

Ahora como el próximo año son las elecciones parlamentarias en Venezuela y las departamentales y municipales en Colombia, vuelven Maduro y su amigo Santos a crearnos falsas expectativas a todos los habitantes del estado Táchira como del Norte de Santander con ofertas de zonas especiales que no son más que otro negocio que solo va a beneficiar a los empresarios amigos de los dos gobiernos residentes en Caracas y Bogotá y no a los pobladores y pequeños empresarios y comerciantes de nuestra frontera que están siendo víctimas del modelo económico socialista que los está llevando al fracaso y no es garantía de desarrollo ni de progreso.

Los habitantes de la frontera afirman y con sobrada razón que mientras en la zona no exista producción alguna, se mantengan los altos niveles de corrupción, se obstaculice la iniciativa privada, continúen con el corrompido control de cambio,  no ofrezcan seguridad jurídica y económica al inversionista y la mantengan militarizada, no habrá mejor futuro, porque nadie va a invertir en zonas económicas especiales improvisadas por gobiernos que no tienen ni el conocimiento claro ni la voluntad necesaria para impulsar las políticas que se requieren para lograr abastecer el mercado, equilibrar la moneda y abrirle las puertas al desarrollo económico y social de la frontera que fue en mejores tiempos la más dinámica y productiva de América del Sur.

Los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que unen al norte de Santander con San Antonio del Táchira y San Juan de Ureña, han sido y seguirán siendo los mejores testigos del rotundo fracaso de una economía socialista que ha devaluado cuatro veces en un año el Bolívar y que nos ha impuesto un modelo económico que nos está llevando a la ruina, y de unas políticas impuestas por el Castro-Chavismo y el Farc-Santismo que por donde pasan solo dejan estelas de dolor y destrucción, solo les importa el poder para hacerse más ricos y privilegiados, son más protectores de sus intereses y los de sus amigos Castro-Chavistas de todo el mundo que de los intereses, la salud y el progreso del pueblo de la frontera Colombo-Venezolana.

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