Confrontando a un presidente pa’ los bobos con las preguntas éticas que están prohibidas

Un gobierno decente con una fuerza policial eficaz sin violencia gratuita y un sistema judicial justo, son esenciales para disuadir e incapacitar a los psicópatas, matones y exaltados; y si se gana la confianza de la gente, entenderán que no hay necesidad de llegar a ser violenta en defensa propia. Steven Pinker

Psicólogo experimental y cognitivo

En el año 2001, la Organización Mundial de la Salud definió el concepto de salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.” La OMS, cada año reporta aproximadamente 700 millones de casos de enfermedades mentales en el mundo.

Ahora bien, según las cifras del Estudio Nacional de Salud Mental del año 2013, realizado en Colombia, por cada 100 personas que consultan al médico general, 26 lo hacen por trastornos mentales, siendo la ansiedad el más frecuente, afectando a 19 de cada 100 personas, seguido de los trastornos de estado de ánimo con el 15% de la población y en tercer lugar, el abuso de sustancias psicoactivas, afectando el 10.6% de la misma. ¿Me pregunto qué porcentaje de esas personas tiene conciencia, además de lo que les dice el médico, de por qué se siente así?

Bogotá es la ciudad del país con más enfermos mentales, puesto que 46 de cada 100 habitantes tienen trastornos de este tipo. No lo percibimos porque pensamos que los que sufren trastornos de esa índole deben estar recluidos en clínicas psiquiátricas y no es así. Un estudio nacional de salud mental en el 2003, reveló que Bogotá posee la prevalencia más elevada en trastorno mental para el país, (46.7% en contraste con 40.1%), siendo el grupo de trastornos afectivos donde se encuentra la diferencia más importante (21.2% para Bogotá comparado con 15.0% para el total nacional). Es decir, Bogotá es una peligrosa bomba de explosión psíquica, como lo vemos en la intolerancia rampante, la desfachatez del hampa, la indiferencia, la impunidad legal en la que casi nadie representa un peligro para la sociedad, a pesar de los hechos incontrovertibles y lo que dice la OMS.

Para el 2012, la ciudad contaba con 7.571.345 habitantes de los cuales según lo descrito en los estudios realizados por el Ministerio de la Protección Social, el 41% de la población alguna vez ha sufrido de trastornos o patologías mentales.

En la sociología se denomina anomia a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de suministrar a los individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad; en este caso, la salud mental. Por otra parte, una de las funciones del estado en una sociedad normal, para que la gente se porte bien, es vigilar y castigar. Leonardo da Vinci decía que “quien no castiga el mal, ordena que se haga.” En Holanda usted camina tranquilo con una cámara de dos mil dólares o el último celular en la mano porque sabe que la policía lo protege, va a encarcelar al pillo y el juez no se pondrá en pamplinadas. Cuando el estado no salvaguarda, los miembros de la sociedad decididos a sobrevivir, lo hacen por sus propios medios; otros, la gran mayoría, recurren al escapismo mediante la enfermedad mental, el suicidio, las drogas o la indiferencia; otra minoría recurre a la violencia y la criminalidad. Pero esa minoría violenta puede incendiar un país, como ocurrió el 9 de abril.

Muchos extranjeros y compatriotas se sorprenden todos los días ante la indiferencia reinante frente a las múltiples tragedias que vivimos como cosa normal, cuando en sus sociedades serían motivo de escándalo, protesta, marchas, descabezamiento de dirigentes, etc. Aquí todo es el negocio de la noticia escandalosa sobre política, el deporte, el sexo, la diversión y nada más. ¿Qué hay detrás del adormecimiento de las conciencias que se llama tranquilidad? ¿O detrás del callejón sin salida de las tragedias de todo tipo? ¿Es el salario de la ‘sabiduría’ u otra cosa lo que creemos ganar? ¿Somos acaso el ‘alimento energético’ de unos depredadores desconocidos, o estamos condenados a la fago citación de los más vivos?

Agreguemos a lo anterior que hay un desconocimiento generalizado sobre las diferentes psicopatías, razón por la cual muchos campean libremente en la vida pública y cotidiana, generando decisiones y acciones equivocadas o letales que contribuyen a este panorama trágico.

Las siguientes son algunas de las características que los especialistas les atribuyen a los psicópatas y que son fácilmente identificables en los grupos criminales, sus dirigentes, y muchos otros sectores de la sociedad:

1. Superficialmente encantadores (Cantarle a las víctimas: Quizá, quizá, quizá; ser falsamente caballerosos)
2. Exagerado sentimiento de autoestima (soberbia; no reconocen sus crímenes ni errores)
3. Necesidad de estimulación permanente debido a su tendencia al aburrimiento (los jóvenes se citan para pelear como diversión; en algún momento un grupo de facinerosos jugó fútbol con una cabeza humana)
4. Patológicamente mentirosos (Miles de ejemplos de promesas incumplidas con los secuestrados y los acuerdos)
5. Manipuladores natos
6. Carecen del sentido de culpa
7. Superficiales
8. Indiferentes / carecen de sentimientos de empatía (Volar el Club El Nogal)
9. Estilo de vida parasitario (secuestro, extorsión, narcotráfico, robo, engaño)
10. Falta de control conductual (Mandan fusilar o matar por cualquier estupidez; se legisla según sopla el viento)
11. Conducta sexual promiscua (alquilar ‘prostis’ para la guerrillerada)
12. Problemas de conducta desde la niñez
13. Falta de metas realmente posibles a largo plazo (esas son las dificultades de La Habana; el ‘impulso’ por la paz se estrelló contra la realidad representada por los negociadores)
14. Impulsivos (“Aquí no existe el paro agrario” y reversar)
15. Irresponsables (cambiar leyes y otorgar prebendas para favorecer a unos psicópatas)
16. Incapacidad para asumir responsabilidad sobre sus actos (Por eso hay que fabricarles un manto de impunidad)
17. Múltiples relaciones maritales efímeras
18. Actitudes delincuenciales en la juventud
19. Violación de compromisos con la justicia
20. Versatilidad criminal.

Ahora bien, el término ‘psicópata’ ha sido popularizado por Hollywood, pero tenemos, generalmente, una idea vaga sobre el asunto, razón por la cual se camuflan fácilmente y nadie se inmuta cuando decimos que los de las Farc lo son; pues siempre los asociamos con el asesinato, ignorando las otras características que pueden confundirnos sin saber cuidarnos de ellos. Los especialistas los clasifican como primarios, secundarios, descontrolados, carismáticos, siendo estos últimos los más peligrosos, pues poseen una capacidad casi demoníaca de persuadir a otros para que abandonen todo lo que poseen, incluso hasta sus vidas, llegando a menudo a creerse sus propias ficciones. Fueron irresistibles en su momento: Hitler, Stalin, Mao, Chávez, Fidel Castro, hasta el punto de inspirar a toda una generación de ilusos.

Nuestra tragedia nacional y la de muchos países ha sido CONFUNDIR ciertos rasgos psicopáticos con los de liderazgo mediante el lavado de cerebro de los medios adictos al régimen de turno auspiciados por los aduladores del déspota. Así al político con malas artes lo llaman persuasivo; al que tiene encanto superficial porque se viste o habla bien, o es bien parecido, le bautizan como carismático; al que hace alardes de grandeza y es soberbio dicen dizque que tiene auto-confianza; al que inventa y fabrica historias enmarañadas lo gradúan de visionario, como el padre del socialismo del siglo 21; al que no tiene empatía lo disculpan diciendo que tiene capacidad de tomar decisiones difíciles, como hacer una limpieza étnica, arrasar un pueblo, tirar la bomba atómica o defraudar, mediante un sistema sofisticado, los derechos salariales de los empleados; a la impunidad se le cambia de nombre; al impulsivo le hacen creer que sabe asumir riesgos como en un juego de póquer; es decir, cañar, etc. Por eso no tiene reparos en pararse de la mesa si lo ’joden’ mucho; es decir, irresponsabilidad, en vez de asumir y corregir. Así, por razón del ‘lenguaje doble’ (como en las mejores escenas de 1984) campean los psicópatas entre nosotros.

En ese panorama el Presidente Santos y las Farc cuestionan el que otra vez haya salido a la luz pública la fortuna de las Farc, como si fuera la mayor ofensa contra Dios; creyendo que todo el mundo le come cuento como si ya hubiéramos llegado al fondo de la bobería inmarcesible y terminal. Entonces, para protegerme de esa agresión presidencial a mi inteligencia y salud mental, recurro a mi antigua cartilla de aprendizaje de lectura “Alegría de Leer” y repaso mis tareas para salir del kínder al que nos quieren reducir. Encuentro las siguientes lecciones:

1. EL TIEMPO. 17 de septiembre de 2012. Unidad investigativa. Rastrean en el exterior bienes de las Farc para reparar a sus víctimas. Holanda, Alemania y Bolivia, en el radar. En el Caguán hay 151.000 hectáreas transadas bajo presión. Si los cálculos que la Fiscalía tiene sobre los ingresos de las Farc son ciertos, esa organización ilegal recibe anualmente cerca de 2 billones de pesos, un monto similar al que facturan en Colombia empresas como Movistar y la British Petroleum y el doble de lo que el sector defensa recibió este año por cuenta del llamado impuesto al patrimonio.
2. EL ESPECTADOR, 8 Oct 2014 El inventario de negocios de las Farc. Por Juan David Laverde Palma. La información ya está en poder de las autoridades. Correos de la guerrilla revela su estrategia para administrar las fortunas ilegales del bloque Oriental.
3. OIGA. Costa Rica, 26 de enero de 2016. Fiscalía de Costa Rica encuentra miles de millones de las FARC.
4. La UIAF es una unidad administrativa especial que funciona dentro del Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Sus principales funciones, según lo establecido por la Ley 526 de 1999, son los siguientes:

a. Detectar y prevenir posibles operaciones de lavado de activos y financiación del terrorismo en todas las actividades económicas; Recoger, centralizar y analizar toda la información pertinente recibida de instituciones financieras, otras compañías e individuos. Hablando con amigos auditores del sector bancario me han dicho que para que un banco detecte y pruebe que un cliente conduce operaciones ilegales, si el banco es pilo, puede demorarse tres o cuatro años. Ni hablar para supervisar el cúmulo diario de ‘operaciones sospechosas’, filtrar las suspicacias oficiales, detectar trampas, etc., en todo el sistema bancario.

b. Reportar los casos específicos a la Superintendencia Financiera, la Administración Tributaria y la Fiscalía.

c. Llevar a cabo estudios específicos relacionados con el lavado de dinero y proporcionar directrices sobre las mejores prácticas para los sectores económicos y las operaciones que se caractericen por riesgo de que ocurra el lavado de dinero.

d. Proponer nuevos mecanismos de control y modificar las ya existentes.

e. Por lo tanto, se necesita de un INTERÉS SUPERIOR CON EL PODERÍO NACIONAL Y LOS CONTACTOS INTERNACIONALES ADECUADOS para operar por encima de la maraña de dificultades. Ese poder superior es el gobierno para afrontar el tema del dinero de las Farc. No vemos ese gobierno.

5. Confirmando la mentira o verdad incómoda para Santos de que las Farc no tienen plata, lo que le costó el puesto al jede de la UIAF, sale a la luz el artículo de Luis Carlos Vélez “El tal documento de la UIAF sí existe” (El Espectador, 1º de mayo de 2016) en el que se afirma que dicha suma asciende a US$ 20.000 millones.

Y como la anterior hay cientos de noticias y estudios similares que hablan del mismo tema, la plata de las Farc, y el esfuerzo por establecer y probar sus procedimientos delictivos, silenciados convenientemente durante los últimos meses.

EVIDENCIAS. Las FARC no podrían haber montado su fuerza de combate, comprar armas, funcionarios públicos en todos los niveles, engañar, seducir o controlar vastas zonas del territorio nacional sin la capacidad para lavar dinero y transferirlo, como resultados de sus inversiones nacionales e internacionales, pues las guacas han estado expuestas al saqueo de sus propios hombres.

Los primeros líderes de las FARC estuvieron limitados a una existencia parasitaria en pequeña escala, financiados por las actividades de secuestros (Alfonso López Michelsen los calificó como ‘industria’) atracos a bancos, extorsiones a empresas, comerciantes, y pequeñas incursione en los pueblos. Sin embargo, durante la Séptima Conferencia de guerrillas en 1982, las FARC adoptaron oficialmente el cultivo de coca como un medio legítimo de ganarse la vida.

Al haber crecido el negocio de la DROGA gracias a los carteles, estando las Farc asociadas con los mismos, se expandió a nuevos territorios, y con sus ingresos financieros pudieron expandir su crecimiento operativo, político, geográfico y geopolítico a los países vecinos. (Leer los Planes secretos de las Farc – El Espectador y Los archivos secretos de Raúl Reyes. Santos rechazó las pruebas que los militares descubrieron en los planes farianos.) En la década de los 90 las FARC llegaron a su cenit cuando se les concedió el 40% del territorio nacional, en un acuerdo de paz fallido, El Caguán. Por otra parte, de manera no protagónica, durante los 80 y 90 se empezaron los primeros esfuerzos para detectar el blanqueo de dinero con sus múltiples estrategias. Es ilógico pensar entonces que una organización criminal se abstenga de utilizar la sofisticada pericia del crimen organizado por un prurito de idealismo político que es el discurso para la galería ingenua, sobre todo cuando no existía una preocupación genuina por el tema. En esos años el anhelo de la sociedad era resolver un triunfo político militar sobre los terroristas que seriamente amenazaban a la nación, objetivo que se logró con Álvaro Uribe.

Actualmente los esfuerzos del estado colombiano por lograr una transparencia financiera están enfocados al nicho de los contribuyentes normales; se parte del supuesto de su buena fe por lo que el músculo investigativo enfocado al contrabando, la evasión de impuestos y la corrupción parroquial, no está desarrollado, ni tiene las conexiones internacionales para combatir la mafia transnacional a la que pertenecen las Farc con su participación en el mercado negro financiero. Esa incapacidad, tan obvia para todos, como lo reflejan las encuestas, con una negociación de paz saboteada por la ‘delicadeza’ estatal en el aporte de pruebas por parte de una Fiscalía politizada, es lo que impide desplegar el poder probatorio ante el delincuente, lo que conduce, irremediablemente, a la entrega política frente al estilo de negociación soviético, experto en pedirlo todo sin otorgar nada importante. Por lo tanto, The Economist se quedará con los crespos hechos para obtener la prueba documental o testimonial de sus aseveraciones.

Desde luego que así como el gobierno ha estado tentado de pararse de la mesa, al igual que las Farc, por lo que muchos ven la salida militar como una opción válida, no debemos renunciar a la confrontación con argumentos, que hasta ahora ha sido canalizada hacia pocos conceptos: reparación, víctimas, justicia, paz sin impunidad. Dado que el supuesto es que las Farc y un gobierno respetuoso de un acuerdo avalen la participación política de los terroristas, basados en los documentos acordados, creo que la sociedad tiene las siguientes preguntas éticas como un embuchado al que Santos, no sé si por una misteriosa preferencia personal, llama sapos. No creemos que besando al batracio nos convierta en príncipes o princesas sometidas por el ‘encanto’ presidencial por lo que las preguntas nos ayudarán a salir del país embrujado con la carreta de la paz.

Con esta narrativa como premisa de sentido común la sociedad colombiana no necesita PRUEBAS LEGALES para condenar y rechazar a los psicópatas terroristas y mafiosos, pues, además de evidentes, éstas son siempre un asunto de interpretación de jueces y abogados a los que se les paga para defenderlos. Nuestro objetivo es sobrevivir al terrorismo que nos ha atropellado por 50 años, no discutir nada con ellos, ni dilucidar sus motivaciones. Las víctimas no tenemos por qué justificarnos.

Entonces ¿Cuáles serán las reglas fundamentales mínimas para afrontar el juego de La Habana en relación con el futuro que nos preocupa? Tener algunas preguntas como guía inicial.

1. ¿Qué será lo justo y legal para las Farc y el gobierno? ¿Qué será lo aceptable y apropiado para nosotros con respecto a lo que decidan?
2. ¿Lo que es práctico y conveniente para el gobierno y las Farc, es eficiente realmente para la paz verdadera y cotidiana que coadyuve a la salud mental del pueblo colombiano? ¿No nos dice nada de la destrucción de la familia colombiana los millones de desplazados, los miles de drogodependientes y los ejércitos de delincuentes en las barriadas y pueblos? En este punto valdría la pena que leyéramos “La alegría del amor” del Papa Francisco, prácticamente dedicado a la familia, para que dimensionemos los factores que están en riesgo en nuestra sociedad y que deterioran esa salud mental mediante la destrucción de una cultura centrada en la familia. Ahí las Farc, el ELN, las bacrim y los paramilitares tienen una gran responsabilidad con su amplio accionar delictivo y el narcotráfico que crean un agobio existencial nacional para el que no ofrecen solución, pues su mentalidad no está preparada para eso, ni han renunciado a su capacidad de destruir los cimientos de la civilización.
3. ¿Hasta qué punto podemos confiar en el gobierno y las Farc, si vemos que se disimulan preferencias y objetivos con la justicia, se manipula información y se oculta la verdad, por ejemplo, de las finanzas de las Farc para reparar a las víctimas y la sociedad en general?
4 ¿Cómo garantizan las Farc que no harán uso de las mentiras y engaños de la política tradicional?
5. ¿Cómo pueden probar su honestidad y compromiso con la democracia que conocemos, pues si no creen en ella, cuál es el propósito de negociar?
6. Si el credo político del marxismo es que el fin justifica los medios con todas las formas de lucha para obtener el poder, y nosotros no lo creemos ni aceptamos ¿qué vamos a hacer con esa diferencia que apunta directamente a la yugular?
7. Si el comportamiento criminal, sangriento, asfixiante o depredador, es el resultado de una naturaleza psicopática ¿qué garantías hay con dirigentes de esa naturaleza? Hay que aclarar que psicópatas camuflados en los niveles de toma de decisiones importantes, no necesariamente vinculados a la guerrilla, los hay en todos los bandos y por encima de ellos. (Leer psicópatas entre nosotros – El Espectador)
Las preguntas guías y características mencionadas seguramente provocarán razonamientos y conclusiones para asumir actitudes ante el llamado ‘postconflicto’ para contar con una mínima capacidad de reacción frente a una sociedad adormecida por el lavado de cerebro de los medios y un grupúsculo interesado en algo que no podemos discernir con claridad y precisión porque, obviamente, no conviene hacerlo, ya que es peligroso.

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