EL GABINETE BOGOTANO

Claro que no lo ha comentado la prensa de Bogotá, que para efectos prácticos es toda la prensa del país. Y claro que los comentaristas del quehacer nacional pasan como en puntillas sobre el hecho de la descomunal concentración del poder político en Bogotá.

Una primera aproximación al tema revela que de los 16 ministros nombrados 5 nacieron en Bogotá Pero las cuentas deben hacerse completas. Porque los ministros tienen dos jefes, que por casualidad son ambos de Bogotá. Dos “piscos chirriadísimos” como dicen en algunos salones de esta fría altiplanicie. Ese hecho, tantas veces advertido en la campaña, no se había producido nunca. De manera que de 18 personajes con poder ejecutivo, ya van siete bogotanos.

Pero esa cuenta queda incompleta. Porque de acuerdo a noticias públicas y reiteradas, de los 9 ministerios de la provincia, dos quedaron relegados a la condición de sub ministros. Los de Transporte y Vivienda recibieron mortal capitisdiminutio, por cuanto su jefe inmediato e inequívoco será el doctor Germán Vargas Lleras. Réstense pues dos ministros provincianos y súmense las dos carteras a las que ejercerá el bogotano vicepresidente.

No paran ahí las cosas ni las cuentas. Porque en una reorganización administrativa a la que no le falta sino la Ley, el Presidente nombró cuatro nuevos Ministros, comandados por el bogotanísimoNestor Humberto Martínez. Los otros tres ministros de hecho, o ministros en espera, o como quiera llamárseles, son todos nacidos en Bogotá.

La sumas salen claras: 5 Ministros iniciales, más dos ministerios que ejercerá Vargas Lleras, montan 7; más cuatro ministros que esperan cartera, alcanzan 11; más el Presidente y el Vice, llegan a 13. De provincia, quedarían 7, todavía con algunos problemillas. Porque la biografía del Ministro Cárdenas no está clara. Las redes dicen unas que nació en Bogotá y otras que en Medellín. Hagámosle la adjudicación de esta gloria a Antioquia, pero siempre con el cuidado de no dejarlo solo en La Playa con Junín. Se nos pierde. Y del Ministro del Ambiente dicen que es caldense, sin que tenga de ello títulos probados ni precisiones ulteriores.

El asunto no para. Porque de hecho se ha tenido por Ministro, con asiento permanente en el Consejo y con indiscutido rango de tal, al Director del Departamento de Planeación. Pues acontece que Simoncito, como cariñosamente lo llaman cuantos lo conocen, es hijo de pereiranos con registro notarial en esta Bogotá capital.

Nunca se dio en Colombia semejante concentración de poder en la capital de la República. Ni en la guerra de los mil días se vio algo parecido. El Señor Sanclemente venía de Buga y Marroquín compartía poderes con gentes de provincia. ¡Y la que se armó!

La lista de departamentos que se quedaron sin saber lo que es un Ministro, es demasiado larga para esta columna. Empezando por los de la Costa, que quedaron con una Ministra y una Sub Ministra, la de Transporte. Demasiado poco, les parece a los costeños, después de haber elegido a Juanpa. Negro, por supuesto, no hay uno solo. No salen con los muebles de Palacio, según parece. Ni un indígena, ni que alegue serlo, ni un personaje venido de aquella “Nueva Colombia”, reservada para que le pongan las bombas de las FARC.

Nunca se vio semejante concentración ni semejante abandono. ¡Y siendo éste el desayuno, cómo vendrá el almuerzo!

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