El pueblo está cansado, pero no derrotado

Un estado de derecho fuerte no le manda mensajes ni le pide permiso a las organizaciones criminales acerca de los plazos en las conversaciones, por el contrario pone las condiciones y da ultimátum, más aun cuando esos grupos terroristas cuentan con el rechazo del 99% de los colombianos.

Lo que los narcoterroristas no han calculado es el valor del pueblo, lo digo sin ningún tipo de prudencia en la aparente libertad que hoy disfrutamos, para exponer lo que pienso, porque lo he vivido acá en el Caquetá desde 1964; los narcoterroristas podrán disfrazar con semántica todas sus fechorías, presentar sus aparentes verdades bajo cualquier tipo de sutileza engañosa, pero las evidencias son realidades que brotan, son: el pan nuestro de cada día, pueden seguir engañando a todo el mundo, pero ya nos cansamos y por eso el rechazo a Juan Manuel Santos en Bogotá, Cali y Medellín en donde fue abucheado en solidaridad con las familias de los soldados asesinados en el Cauca; el pueblo está cansado de sus mentiras.

Parece que la vida de los soldados masacrados por las farc y de todos los demás, a Santos le vale un pepino, habla como si fuera un incidente menor en las tales negociaciones.

El cuento de que no llegó el apoyo aéreo por mal tiempo, trago difícil de tragar. ¿Cuando en anteriores operaciones había ocurrido esto, si hasta los aviones comerciales despegan con lluvia?.

Después de cacarear cinco años que nunca iba a suspender operaciones militares miren con lo que sale. Todo está milimétricamente orquestado para que los narcoterroristas de las Farc queden en el parlamento disfrutando de sus riquezas producto del narcotráfico y secuestro.

Total, toda la nómina del gobierno se gana el sueldo bombardeando al Centro democrático, la única fuerza política que ha tenido el coraje de denunciar el maltrato y robo que le están haciendo a Colombia en sus propias narices. Las farc no quieren paz, y nunca la harán, quieren es el poder, su demencia asesina de más de 50 años no se curará, ni su sed de sangre, son stalinistas, son parásitos y bacterias que ya están adheridos al estado vacacionado en la Habana, como si fuesen becerros pegados de las ubres de la vaca pero, en este caso, a las tetas del gobierno.

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