GOBIERNO MITÓMANO QUE NOS CREE TONTOS

"El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera". Alexander Pope.

Si no fuésemos testigos cotidianos del patológico sartal de mentiras que el gobierno viene encadenando desde hace más de dos años cuando se iniciaron las pésimamente diseñadas y especialmente inoportunas "conversaciones de paz" con la banda criminal más grande de Colombia, uno no creería que tanta mentira pudiese fabricarse y por tan pocas personas. Pero hay que abonarles a los actuales encargados de la rama ejecutiva que, solo en eso, son unos ejecutores inigualables.

La mitomanía se describe como un trastorno sicológico que consiste en mentir patológica y continuamente falseando la realidad para hacerla más soportable. Pero uno se pregunta ¿cuál es límite al que va a llegar el gobierno actual, algunas rémoras de los medios adheridos por la mermelada de la publicidad oficial y algunos empresarios y líderes eclesiales, que se empeñan en negar sistemáticamente la realidad y corean mentiras viejas mezcladas con nuevas creyendo que la repetición de las mismas compensan su falta de verdad?

Es una afrenta para los que nacimos en este país y los que dieron su vida por la nuestra desde hace décadas, aprovecharse del afán de paz de un país sometido durante cincuenta años a una de las bandas delincuenciales más ricas y siniestras del mundo, prometiendo una paz falsa e indigna. Abusar de la buena voluntad y de la necesidad de un pueblo es una perversidad.

¿Cuántas veces hemos oído al jefe del Ejecutivo y a sus portavoces gasterópodos con micrófono, repetir que las cosas van muy bien y muy adelantadas, pues de los supuestos cinco puntos del acuerdo, secreto y a espaldas de los colombianos, ya están "listos" tres? Tres de cinco, es el 60 % que para ellos significa que estamos de un "cacho" de lograr la paz. ¿Pero cacho de qué? Macabras matemáticas que buscan convencer a los colombianos que estando las cosas "tan" adelantadas, cómo nos vamos a negar a firmarle al Gobierno un cheque en blanco cuando propongan un referendo tramposo y de una sola pregunta: ¿"Quiere la paz"?

Si tuvieran un poco de entereza no intentarían ocultarle a los colombianos que ese "avance" es una mentira descarada y cada vez más insostenible. Hace unos días, unos de los cabecillas de una de las partes que conforman el cártel narcotraficante, porque hay varias guerrillas y en La Habana solo está negociando un pedazo, decían: "Se han evacuado parcialmente los puntos 1, 2 y 4 de la agenda, aplazando la revisión de importantes materias de cada uno de ellos que serán analizados próximamente. Y el punto 5 sobre víctimas apenas comienza. Los puntos 3 y 6, Fin del Conflicto e Implementación, verificación y refrendación, no se han atendido, ni revisado ni evacuado. A la fecha (12 de agosto 2014) nada ha sido acordado en firme por no haberse llegado todavía a la firma de la paz." ¿Si notan que ahora son 6 puntos?

El supuesto avance es una mentira gigantesca, pero todos los colombianos no somos Teresa de Juanpa. El castillo de naipes del tahúr está derrumbándose.

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