LA POLÍTICA DEL FUTURO EN EL CENTRO DEMOCRÁTICO

Aunque las tristes máquinas sigan funcionando no te espantes en demasía, amigo mío…

Cuando los pedantes nos invitaron a observar de qué fría mecánica los acontecimientos debían dimanar, nuestras almas dijeron en la sombra: Tal vez sí, pero hay otras cosas…

Prólogo a El Napoleón de Wotting Hill, de Chesterton, 1898

En política se actúa por convicción moral o por conveniencia; la primera es controlada por el libre albedrío, la segunda por la policía. Se trataría entonces de probar científica y pragmáticamente que la naturaleza y el universo funcionan con premios y castigos que nos pueden llegar de manera inopinada.

Las Farc pierden guacas, los ladrones se duermen y los pillan, a los dos períodos presidenciales de Santos le han dado la bienvenida La Niña en 2010 y el Niño en 2014, a Samper lo marcó históricamente el chiste de un cardenal, James destronó a Falcao con un gol imposible, Gaviria llega a la presidencia por chiripa, el M19 se forma gracias a un robo electoral, Petro sube y baja como el carrusel, Pablo de Tarso pasa de paramilitar, a mártir, a santo (pero no a político), etc.; y, siendo ya más serios, el filósofo inglés Anthony Flew pasó del ateísmo al deísmo por las implicaciones filosóficas de los descubrimientos científicos de su época, y nuestra independencia se la debemos a un florero.

A este sistema de control de acontecimientos  los incrédulos lo llaman coincidencia, los inteligentes elaboraron ‘coincidencias significativas’, los creyentes las llaman ‘diosidencias’ y Peter, que debería ser el patrono de los políticos, se los advierte cuando descubre que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, tal que cuando no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, alcanzan su máximo nivel de incompetencia. Por otra parte, no sé si el periodista y filósofo español Don José Ortega y Gasset debiera ser el patrono de los empleados públicos cuando nos iluminó de esta manera: "Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes". No sé si sea esta la razón, o la ley de Peter,  por la que Santos decidió crear el Chief of Staff o Ministerio de la Presidencia y similares, para diluir la incompetencia. Pero como Colombia es un país presidencialista, no importa si se llamen ministros, altos consejeros, o simples jefes, si todo se hace para el presidente, entonces el resultado va a depender del RESPETO que se le tenga al mandatario; es decir, de su liderazgo que es, ni más ni menos, su capacidad de comprometer a los otros de manera libre y espontánea, mediante su ejemplo. La ilustración la estamos viendo, de manera magistral en la nueva serie de El Capo, reconvertido en niño bueno con malas mañas. Lo anterior son ejemplos que se pueden comparar con ciertas reglas de lo que yo llamaría la ‘Política del Futuro,’ que son las reglas de la política perenne que siempre surge cuando los pueblos están al borde del abismo. Las siguientes guías, similares o mejores pueden hacer que nuestro destino no quede tan en manos del azar como pareciera que pudiera ocurrirnos de acuerdo con las negociaciones secretas e imprevistos intereses de La Habana.

1. Si el gobierno de turno no refleja la libertad natural del espíritu humano, entonces el espíritu de cada compatriota y representante dictará las verdaderas reglas de la oposición efectiva. Ya lo veremos en el congreso, cuando el gobierno se desvíe hacia políticas que no consulten la realidad, definida como el deseo mayoritario de los colombianos, y para obtener sus fines se incline a la corrupción. A esta ley la llamo ‘la oposición real del espíritu.’ Se ejerce estando en el sistema, pero sin ser parte del sistema.

2. Si el ideal anterior no se realiza  quiere decir que no lo deseo con el suficiente vigor y profundidad. Lo físico procede de lo espiritual.

3. La verdad política efectiva es no contradictoria. No puedo manejar exitosamente una tesis y antítesis política contradictoria, o una apariencia honesta y una conciencia deshonesta; siempre la contradicción termina por manifestarse desembocando en el fracaso político.

4. ¿Cuál es la verdadera fuerza del político exitoso generador de liderazgo y seguidores comprometidos? La paz profunda de su espíritu; esa paz no quiere decir compostura. Es certeza de que la lucha superficial, el afán, el trabajo extenuante, no rompen la conexión con mi ser verdadero, no contradictorio, convencido del ideal y seguro del triunfo.

5. El político de éxito sabe diferenciar, escoger y manejar la paz verdadera de la emoción incontrolable que nos hace perder nuestra estatura moral.

6. La vieja usanza de nuestra política  ve la confrontación intelectual, el show televisivo del vencedor, el cinismo del contradictor fariano, la estrategia bélica del argumento, como el DERECHO A SER CONSIDERADO COMO VERDAD. Sin embargo, el votante del siglo 21 evalúa la bancarrota o solvencia moral  del expositor que es la garantía de la política correcta que lleva a la paz.

7. El verdadero sendero hacia la libertad política  comienza con la derrota del miedo; si no hay miedo, hay confianza; no la confianza del iluso, sino la del que sabe que no puede ser derrotado porque funciona con la verdad. Por eso no debemos confiar en quienes hablan de la paz como una ilusión; no, la verdadera paz es una capacidad, un poder que no se le entrega a nadie para que lo administre.

8. Debemos diferenciar entre la seguridad como estrategia militar de defensa y la seguridad basada en la alegría que se genera a partir de la certeza de nuestro proceder correcto basado en la verdad. Esa alegría no es la de la superficialidad de la fiesta, sino la alegría de la vida que se palpa en la naturaleza, la conducta moral coherente.

9. La mejor campaña es cuando todos perciben y están convencidos de que soy un servidor de la libertad que no quiere nada para sí, porque desea todo lo bueno para los otros, quienes serán mis verdaderos compensadores.

10. Basándonos entonces en el poder de la visión correcta, centrada en la verdad y la coherencia moral podemos CREER Y TRABAJAR para que no haya la implantación de un régimen despótico en Colombia; que no seremos víctimas del engaño; que tendremos la capacidad de contrarrestar aquello que vaya contra los mejores intereses de la nación.

Tanto en la vida como en la política tratamos de controlar el futuro o un destino mediante acciones catalogadas a veces como ‘mágicas’ en contraposición con los actos basados en principios morales cumplidos con radicalidad. Por otra parte, es conocida la influencia de psíquicos en las decisiones de algunos presidentes o personas de renombre en el acontecer político, con resultados felices y adversos. Pero también conocemos la trayectoria de líderes como Juan Pablo II con el carisma, la habilidad de liderazgo y la fortaleza para hacer lo que hizo con respecto a Polonia y su liberación del comunismo en la Europa del Este, por lo que es un héroe real para las personas que están o estuvieron oprimidas. Puede haber desacuerdos sobre sus puntos de vista sobre algunos temas doctrinales de la iglesia, pero si fue un héroe político para muchos, ¿tuvo entonces la política verdadera y honesta un peso decisorio en las consideraciones de la Iglesia para su santidad? ¿Podrá algún día un político ser elevado a los altares? Esa es la política y la pregunta del futuro para el bien de la humanidad. Gandhi fue un ejemplo. Mahatma significa Gran Alma.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar