Estamos viviendo en la frontera un rechazo colectivo a la ley anticontrabando, al cierre de fronteras, y al seguro obligatorio (SOAT) aplicado a colombianos y venezolanos. Medidas que nunca fueron utilizadas en el pasado y teníamos una frontera pujante, en pleno desarrollo y con una población productiva, estábamos unidos por fuertes vínculos de integración y libre comercio, que permitieron un mayor y mejor empleo, mejor atención en materia de salud, con medidas de carácter social que le dieron fortaleza económica al sector productivo y mejor nivel de vida a los habitantes de las dos naciones.
Los hombres y mujeres de frontera no creemos que estas medidas aplicadas por los dos gobiernos, solucionen el problema de la escases en Venezuela, que es causado por las herradas políticas socialistas y la falta de producción, sabemos que el contrabando hacia Colombia obedece a que no hay trabajo formal, fundamentalmente porque los gobiernos de Santos y Maduro no se han preocupado por esta región, no tienen planes para generar empleos y están de espaldas a la crisis que vivimos Colombianos y Venezolanos.
El cierre de fronteras así como él (SOAT) y la ley anticontrabando, ni ayudan ni contribuyen con la integración y el progreso, antes más bien condenan a la población a vivir de rodillas, hostigan a los comerciantes con permanente fiscalización y estrangulan el aparato industrial; Se tienen que crear mecanismos que no alteren el transito durante las 24 horas del día para ayudar a trabajadores, estudiantes, pequeños comerciantes, hombres y mujeres que se desempeñan en la economía informal así como contribuir con la atención de todos en materia de la salud.
Una cosa es el paso ilegal de alimentos y combustible y otra son los hombres y mujeres que trabajan en las pocas fábricas que aun subsisten, con turnos continuados diurnos y nocturnos, que requieren del paso permanente porque las industrias del plástico, lavanderías, fábricas de confección y otras empresas, no se pueden detener en su labor de 24 horas, pues las calderas, hornos, y fábricas, no pueden apagar sus máquinas ya que incumplirían en la entrega de contratos.
Hace falta voluntad política y seriedad en nuestros gobernantes, ya que desde Caracas y Bogotá prometieron la creación de zonas de libre comercio, zonas económicas especiales, zonas francas, y nada han cumplido, solo se han dedicado a abultar sus cuentas bancarias, mientras los cuerpos de seguridad bajo sus órdenes, persiguen a los más humildes que han sido los marginados y discriminados de siempre, pero ya están dando signos de inconformidad porque ni la ley anticontrabando, ni el cierre de fronteras, podrán solucionar sus problemas por el contrario los agudizarán.