Los caqueteños no comemos más carreta

Decía Platón: “soy amigo de Sócrates, pero soy más amigo de la verdad”.

Siempre, para angustia de mis enemigos gratuitos, estoy acostumbrado a decir lo que pienso y siento, pero nadie puede decir que he falseado la verdad, puede que algunos no concuerden con mi forma de pensar, lo sé, pero en mi ejercicio periodístico que ejerzo profesionalmente, he aceptado el gran desafío: transitar por caminos que imponen los procesos políticos en las luchas cotidianas conforme a mis principios éticos, que siguen vigentes y actualizados.

Sin embargo, la gran diferencia, de quienes son políticos, y no politiqueros, es que los primeros actúan conforme a principios normas y reglas de conducta que dignifican la acción política auténtica, por eso la gran mayoría de florencianos uribistas, estamos en desacuerdo con el manejo que “enmermelados del santismo”, sean los coordinadores del Centro Democrático; creyéndose soberanos para ofrecer y quitar avales de los dos partidos con los cuales juegan a su antojo; no construyen partido, porque no sienten a nadie, son de esas personas que “ante la bondad del corazón, ocultan la traición de sus palabras”, actúan conforme a sus “mañas”, traficantes de la política, politiqueritos de oficio, sin importar para nada el trabajo desarrollado por los verdaderos uribistas, razón por la cual recibieron el repudio colectivo en las urnas el 19 de abril, perdieron el año, 178 votos el día de la consulta para escoger candidato a la alcaldía de Florencia; su línea de conducta desdice mucho de la política auténtica, que es una tarea de servicio.

Que conste, no estamos en contra del ingeniero Andrés Mauricio Perdomo Lara, pero su equipo de trabajo está compuesto por mediocres, de ahí los resultados que son más elocuentes que nuestras palabras.

Ahora, cuando ocurren estos acontecimientos humanos, con “luces y sombras”, es bueno y recomendable, primero que se investigue y luego tomar decisiones serías antes que sea tarde.

Mientras tanto, parece que desde la Casa de Nariño el partido liberal y el Mira, ya recibieron órdenes para que se comprometan con la candidatura a la gobernación del enmermelado y traidor Luis Antonio Serrano; la consigna del presidente Santos, jugando como siempre cartas por debajo de la mesa, tratando de derrotar todo lo que huela a Centro Democrático, para vengarse de la derrota que sufriera a nivel departamental, en las presidenciales; debió haber pensado en otro candidato y hasta le hubiese ido mejor, porque con Serrano perderá todas las veces que lo candidatice.

El régimen santista, pretende burlarse del pueblo caqueteño y llevarlo a la desesperación con esa clase de candidazo que presenta, actúa “como si” fuera el dueño del departamento, creyendo que en el Caquetá estamos locos o viviendo su fantasía. El presidente Santos y su séquito viven en un país que no tiene nada que ver con la realidad que nos envuelve, por eso ya no sorprenden sus mentiras y promesas. ¡Los caqueteños no comemos más carreta!

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