Maduro “tiene la razón”

“Se requiere del enemigo externo para desviar la atención de las masas cuando un poder, desbordado por reclamos populares, no dispone de los medios para enfrentarlos efectivamente. Con la utilización de este mecanismo se encarrila a la población a enfocarse hacia supuestos peligros o enemigos, mientras los que detentan el poder ganan el tiempo suficiente para paliar o solucionar tales problemas y hasta para verificar si las fuerzas sociales que impulsan estos movimientos se desgastan” Leonte Brea.

Ni siquiera el mismo dictadorzuelo venezolano iba a imaginarse que algún día “tendría la razón” cuando denunció que Venezuela está al borde del caos y amenazada de muerte por culpa de “paramilitares colombianos”. Pues sí señores, para qué negarlo, el peón castrista, pero no el colombiano, está en lo cierto. Venezuela está al borde de su desparición por un “colombiano” jefe del mayor grupo de paramilitares del mundo. Así como suena.

Pero para pesar del mal equipado cerebralmente dictador, ese colombiano no se llama Álvaro Uribe, como intenta sin éxito alguno hacerle creer al hambriento pueblo venezolano y al mundo entero. El jefe paramilitar colombiano que tiene en peligro a Venezuela se llama: Nicolás Maduro.

El tirano que habla con pájaros, para su desgracia nació en Colombia, así el servicio secreto cubano en asocio con la guerrilla colombiana hayan intentado borrar el rastro y amenazado a quienes lo vieron de niño sudar la camiseta del Cúcuta Deportivo. Pero la aseveración del patético dictador se completa porque él, colombiano a su pesar porque lo inhabilitaría como presidente y lo pondría en la mira de su aliado y enemigo Diosdado Cabello, es en términos reales el jefe del grupo paramilitar más grande del mundo.

En estricto sentido un grupo paramilitar es un cuerpo por fuera de la ley, pagado, armado, dirigido y controlado por el Estado para realizar las actividades que por vías legales no podría ejecutar. Las Milicias Bolivarianas, compuestas por no militares, campesinos, obreros, matones en motos, o quien sea capaz de disparar armamento, especialmente fusiles rusos producidos en el país gracias a la “generosidad” de Putin, no pertenecen legalmente al componente militar de la Fuerza Armada Nacional, pero son su “complemento” que depende directamente del presidente en todos los aspectos operacionales y tienen como fin último, defender al dictador y líder de la revolución. El número exacto de miembros de esta milicia no se puede determinar, como con muchas otras cosas sucede en la Cuba continental, pero el número puede tener seis ceros.

Estos sicarios a sueldo de cuenta de PDVSA y las fuerzas militares venezolanas, que son el cartel narcotraficante y delincuencial más grande del país, son la verdadera amenaza del hermano país. La corrupción de estos bandidos vestidos de camuflado, socios del cartel narcoterrorista colombiano que ahora será actor político gracias al gobierno, están desangrando al país y como cualquier otra banda criminal, ante las tentaciones “capitalistas” que supuestamente detestan, están fracturándose y provocando una guerra interna entre el Cartel de los Soles y el de La Guajira, cuyos muertos están siendo adjudicados a los supuestos “paramilitares colombianos” que con armas letales como colchones y ollas están neutralizando a los AK47.

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