No atizar la hoguera

Observando la televisión, leyendo columnistas, al ojear los periódicos, pero más notorio aún es escuchar a algunos locutores de las cadenas radiales atizando la hoguera desde la madrugada, ultrajando con su léxico a personajes por el solo hecho de solicitar el cambio de la estrategia en las conversaciones de La Habana.

El momento oportuno para hacer cambios en todo es cuando se presenta una crisis, no podemos tapar el sol con las manos, esos famosos locutores desconocen que la masacre hecha con alevosía y ventaja por las Farc en el Cauca, no origine una crisis en las conversaciones de La Habana, es atrevido no reconocerlo.

Qué mal tan grande le causan a nuestra patria esos locutores madrugadores que por odio a algunos personajes, tapen, tapen y tapen los acontecimientos ocasionados por los terroristas y a una persona que le ha servido a la patria desde diferentes posiciones, estos locutores, con despliegue sensacionalista y camorrero, califican al expresidente Uribe Vélez de incendiario.

Por mucho odio y desprecio que le tengan al expresidente, él se merece respeto y el reconocimiento nacional de haber recibido el país al borde del abismo, que hizo lo posible y lo imposible para dejar un país viable, esto reconocido internacionalmente, muy a pesar de estos sensacionalistas.

Los que verdaderamente incendian al país son los que buscando rating, acaban con las personas, las prejuzgan, las ultrajan y desinforman a la opinión, lucrándose de la libertad de prensa y de la tolerancia de los dueños de los medios; poco importa el futuro del país cuando son cadenas de capital foráneo, que se comportan como capitales golondrina, que al haber cambios, modifican su comportamiento o su inversión y salen o se acomodan.

El palo no está para cucharas y seguir fomentando la polarización buscando rating es una irresponsabilidad, es un despropósito. El efecto de lo que hoy nos toca presenciar es una disputa orquestada entre los que apoyan las conversaciones de La Habana sin condiciones, lideradas por “Márquez” y “Grannobles” y los que exigen respeto a la institucionalidad, ver el liderazgo del gobierno, ponerles tiempo y condiciones a las conversaciones para superar el conflicto sin tanta marrulla y dilación.

En la mesa y en el juego se conoce al caballero, por todo lo que ocurre y que algunos quieren tapar, se presume que en este juego hay cartas tapadas o dados cargados y con ventaja es muy difícil negociar, hay que exigir cartas sobre la mesa, respeto al gobierno, a la institucionalidad y a los ciudadanos, debido a que con el manejo demostrado hasta el momento, es de augurar un futuro poco halagüeño y confiable.

Un pequeño grupo en armas por fuera de la ley, no puede doblegar a un país y menos a las instituciones armadas legales, hoy perseguidas por muchas personas a las que poco les duele lo que aquí pasa y solo quieren lucrarse de nuestros males, admiradores de Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países débiles democráticamente hablando, donde pisotean la Constitución y la institucionalidad.

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