Saludcoop vale por su personal

“Escribe de esto o aquello Luisefe”, expresión recurrente de amigos, cuando los encuentro en la calle, centros comerciales o celular; supongo que será igual con otros periodistas. Nuestros amigos desean nos hagamos eco de sus preocupaciones humanas y sociales, bajo la esperanza de mejor atención oficial. Esa legítima expectativa normalmente me descorazona, al reflexionar en que, en mi Florencia del alma, escasos problemas se solucionan, al contrario, se amplía el caos, porque no hemos sabido seleccionar a nuestros mandatarios.

Afortunadamente hay entidades como Saludcoop que sacan la cara por el Caquetá y desde luego por el país, constatado por este humilde servidor en Neiva, Medellín y Florencia, ciudades donde he recurrido a los servicios de hospitalización en varias ocasiones por mis quebrantos de salud durante los últimos 15 meses; presentando desde estas líneas, mis agradecimientos y saludos a los médicos, personal de enfermería y administrativo, que como verdaderos apóstoles en forma abnegada no han escatimado esfuerzos para mi recuperación y la de sus pacientes.

Lamentablemente Saludcoop pasa por una difícil situación económica, que se deduce de los informes que conocimos el año pasado, presentados por la excontralora Sandra Morelli, corriendo peligro por la política corrupta de nuestro folclórico país; malandrines que imparten justicia muy listos e injustos y parece que hasta la fiscalía protege delincuentes de cuello blanco que han estado vinculados a Saludcoop, al torpedear las investigaciones.

Regresando a Florencia, los concejales de esta ciudad, han sido los responsables de hacer las leyes, que ellos mismos, mayoritariamente violan, burlándose de la ciudadanía, al igual que algunos aspirantes a gobernación y alcaldía, que fueron los que le pidieron al pueblo que no apoyaran la “revocatoria”, iluminados, guardianes de la politiquería, olvidando a sus padres, aquellos hombres y mujeres, que llegaron a esta tierra y dedicaron su vida, juventud, honestidad y capacidad de servicios, dejando atrás la comodidad en otras partes y llegando al Caquetá a hacer patria en beneficio de los desamparados, que siempre han existido en nuestro departamento, y como sobre esa deuda no existen pagarés ni compromiso alguno, estamos obligados a honrar a Florencia y al Caquetá, con un respaldo vigoroso a verdaderos mensajeros de esperanza, porque la ciudad está aturdida caminando hacia el abismo institucional si no abrimos los ojos en las elecciones del 25 de octubre.

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