¡Vivimos en paz!

Me imagino que los miles de niños vinculados por la fuerza a las filas de las Farc pudieron dormir tranquilos y felices en la selva a partir de la noche del domingo. Llegó la paz para todos, incluyendo a las niñas secuestradas para servirles como juguete sexual a los ahora más nobles ciudadanos colombianos. Ya todos vivimos la paz firmada con gran espectáculo en Cartagena. Hasta con el cambio de la bandera, el colmo del irrespeto a los símbolos patrios, con una franja blanca que según escuché significa la riqueza que les ha dado la blanca cocaína a las Farc.

El discurso de “Timochenko” me ratificó mi intención de voto el próximo domingo, no mencionó los cultivos de coca, no habló de acabar con el narcotráfico, no habló de los niños reclutados, no mencionó el abuso sexual a las niñas secuestradas. Atacó y amenazó a la clase dirigente colombiana, a los dueños de tierras productivas, no mencionó a los otros grupos guerrilleros, ELN, bacrim, solo a los paramilitares a quienes ellos seguirán combatiendo a pesar de la paz, en fin, seguimos en las mismas. Sus grandes fortunas no las han encontrado, entonces ni se mencionan ni existen.

Entre otras cosas, la firma de un documento tan importante, con alcances de constitucionalidad, integrado a los acuerdos de Ginebra, que no se puede modificar, me pregunto como ingeniero ignorante de estos asuntos legales ¿Sí cumple con las exigencias notariales de ley? ¿Se puede y es legal firmar con el alias? ¿Se pidió cédula, como se hace en las notarías para comprobar identidad y firma? ¿El señor presidente hubiera podido firmar Juanpa, como le gusta que le digamos?

Por lo anterior, me atrevo a plantear unas preguntas que los lectores deberán resolver mentalmente y pensar cómo se debe votar el próximo domingo:

¿Cree usted que el presidente Santos lleva al país por buen camino?

¿Cree usted que el Congreso ha trabajado en bien de Colombia y de su pueblo?

¿Cree usted que el Sistema Judicial Colombiano ha cumplido con las expectativas de la comunidad?

A continuación hagamos las preguntas una vez aprobado el plebiscito y que los miembros de las Farc hayan conseguido todo lo que se les ha ofrecido:

¿Cree usted que el presidente Santos, en compañía de los miembros de las Farc, hará un mejor gobierno?

¿Cree usted que el Congreso, con 26 miembros de las Farc adicionales, ahora sí trabajará por el bien de Colombia y de su pueblo?

¿Cree usted que el Sistema Judicial Colombiano, apoyado por las Farc, por el Tribunal Especial para la Paz y por la Comisión Jurisdiccional para la Paz cumplirá con las expectativas de la comunidad?

Conclusión: si la mayoría de las respuestas es sí, usted debe votar en esa forma en el plebiscito del dos de octubre.

Si la mayoría de sus respuestas es no, usted tiene que reconocer que debe votar por el no.

Votemos por el NO el 2 de octubre.

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